La vitamina B12, también conocida como cobalamina, es hidrosoluble; y desempeña un papel esencial en la producción de sus glóbulos rojos y de ADN, así como para el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
También ayuda al cuerpo a convertir las grasas y las proteínas en energía, y ayuda en la descomposición de los carbohidratos.
La vitamina B12 es producida por bacterias, y no está en la carne de forma natural como se cree; sino que la contiene la carne y los productos de origen animal por la fortificación del pienso. Los rumiantes la obtienen gracias a las bacterias del rumen, y los peces por sus bacterias del intestino. Así nosotros la podemos encontrar en alimentos de origen animal, como carnes, pescados, aves, huevos y lácteos. Pero también la podemos encontrar en productos fortificados.
Las personas que pueden correr el riesgo de deficiencia de la vitamina B12 son principalmente vegetarianos y personas mayores. Aunque se pueden dar deficiencias por el uso de fármacos como la metformina, alcohol, en personas que han sufrido cirugía en el intestino, o en personas que pueden tener cierto trastorno de absorción como: celiacos, enfermos de Crohn, personas con disfunción inmune…
Los síntomas de una deficiencia de vitamina B12 son de difícil diagnóstico y pueden confundirse con deficiencia de folato o B9. Además bajos niveles de B12 pueden ocasionar deficiencia de folato o vitamina B9. En un estudio realizado a personas mayores, se vio que un bajo nivel de vitamina B12 se asocia con anemia y deterioro cognitivo. Sin embargo, cuando el estado de vitamina B12 es normal, se asocia con protección contra el deterioro cognitivo.
Cuando hay deficiencia de B12 se originan problemas con la producción de glóbulos rojos, causando anemia megaloblástica. Se caracteriza porque la creación de glóbulos rojos en la médula ósea son grandes y frágiles, llamados macrocitos. No pueden pasar correctamente a la circulación y originan con ello color pálido de la piel, además de ictericia debido a que al descomponerse en el hígado crean exceso de bilirrubina.
Los glóbulos rojos transportan el oxígeno por el cuerpo; si estos no pueden realizar su trabajo correctamente, la deficiencia de oxígeno genera debilidad, cansancio o mareos.
De los efectos más graves de la vitamina B12 es el daño a nivel nervioso, a causa de la deficiencia en la mielina que rodean los nervios. Ya que la B12 ayuda a su producción. Esto puede generar síntomas como hormigueo en el cuerpo o parestesia, afectar al movimiento, dañar al nervio óptico con neuropatía óptica, cambios en el estado de ánimo, o incluso depresión y demencia.
Otros síntomas son la aparición de llagas en la boca, o la lengua roja e hinchada.
Lo ideal es suministrar la vitamina B12 de fuentes de la dieta. Es soluble en agua, por lo que no se almacena en el cuerpo; pero si se toman suplementos, se puede llegar a ingerir más de lo que se necesita y causar efectos secundarios como: alta presión arterial, acné, erupción, picazón o ardor en la piel, coloración de la piel rosada o roja, enrojecimiento de la cara, decoloración de la orina, entumecimiento, náusea, dificultad para tragar, diarrea, aumento en el volumen de sangre y globulos rojos, bajos niveles de potasio y brote de gota.
Por otra parte, la vitamina B9 ocurre naturalmente como folato, el cual conocemos o confundimos con ácido fólico, que es el creado sintéticamente; y no se convierte bien en la forma activa de vitamina B9.
El folato cumple muchas funciones importantes en el cuerpo; juega un papel crucial en el crecimiento celular y como la vitamina B12 ayuda a la formación y reparación de ADN, y la creación de glóbulos rojos. Tener bajos niveles de folato se asocia con un mayor riesgo de varias afecciones de salud como: riesgo de enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular a causa de altos niveles de homocisteína, defectos congénitos en los bebés cuyas madres han tenido deficiencia, mayor riesgo de cáncer.
La suplementación con vitamina B9 es común, y muchos alimentos al igual que pasa con la B12, vienen fortificados; el problema es que es con ácido fólico en vez de folato. Las verduras verdes se encuentran entre las mejores fuentes dietéticas de folato, el aguacate, los cítricos. Las deficiencias suelen darse en el mismo grupo de personas que en la vitamina b12, a excepción de los vegetarianos; y los síntomas también suelen ser similares.
Ambas vitaminas al ser necesarias para la síntesis normal de glóbulos rojos; pueden tener efecto sobre el ejercicio en el caso de la deficiencia. No hay evidencia que sugiera que el ejercicio aumenta la necesidad diaria de estas vitaminas. Los atletas veganos, al igual que las personas veganas necesitan consumir regularmente alimentos fortificados con vitamina B12 o suplementos.
Los suplementos vegetales de vitamina B12 que provienen de algas, tienen en su mayor parte análogos inactivos, lo que podría hacer tener deficiencia a pesar de tomar el suplemento. Por ello se les recomienda tomar suplementos de cianocobalamina.
Por otra parte, un suplemento multivitamínico que incluya vitamina C puede disminuir la biodisponibilidad de la vitamina B12 de los alimentos, y conducir a su deficiencia.
Los atletas que consumen una cantidad adecuada de vitamina B12 y ácido fólico en sus dietas probablemente no estén en riesgo de deficiencias de vitamina B12 o folato.
Las vitaminas del grupo B siempre están presentes en alimentos enteros y fuentes de proteína animal. Así que una dieta alta en proteínas siempre va a tener cantidades adecuadas del complejo B como para no tener deficiencia.