La deficiencia energética es el resultado de un bajo consumo de energía y un alto gasto de energía. Esta deficiencia crónica promueve mecanismos de adaptación compensatorios en el cuerpo, para preservar la función fisiológica vital; como es la termorregulación, locomoción, mantenimiento celular, reproducción y crecimiento.
Las alteraciones metabólicas incluyen:
- Se modifica la actividad del receptor de hormona de crecimiento, dando lugar a resistencia a esta hormona y con ello disminución de la IGF-1.
- Hipercortisolemia.
- Aumento del apetito por el incremento de la hormona grelina, péptido YY y la adiponectina.
- Disminución de la leptina, la cual regula el metabolismo y el hambre.
- Disminución de la hormona tiroideas, sobre todo la activa T3.
- Niveles más bajos de catecolaminas.
- Disminución de la Kisspeptina, la cual cumple un rol importante en el ciclo menstrual, ya que estimula la secreción de GnRH o gonadotropina.
- Disminución de la GnRH.
- Disminución de la LH u hormona luteinizante, que controla la producción de estrógenos, ovulación e implantación del óvulo y desarrollo del cuerpo lúteo.
- Disminución de la FSH u hormona foliculo estimulante, involucrado con el desarrollo del folículo.
- Disminución del estrógeno en un 33% de los niveles normales.
- Disminución de la progesterona en un 10% de los niveles normales.
Estas alteraciones originan la supresión del eje hipotalámico-pituitario-ovárico, y por lo tanto amenorrea hipotalámica funcional; que es un trastorno endocrino definido como la cesación de la menstruación u ovulación en mujeres durante más de 6 meses. Un complejo estado de hipoestrogenismo y otras alteraciones metabólicas y endocrinas que afectan a todo el cuerpo. Además del profundo deterioro de las funciones reproductivas, incluido anovulación e infertilidad.
La amenorrea puede ser inducida por estrés severo, como la dieta, ejercicio excesivo, o un estrés emocional intenso.
Las posibles consecuencias para la salud son:
- Mayor riesgo de enfermedad cardiovascular: disfunción endotelial, cambios en el perfil lipídico, activación del sistema renina-angiotensina.
- Densidad ósea disminuida y aumento del riesgo de fracturas, pudiendo causar osteopenia y osteoporosis; a causa de la caída del estrógeno que mantiene el metabolismo óseo, y por el cortisol elevado.
- Problemas de salud mental: más ansiedad, irritabilidad y síntomas depresivos. En las mujeres el estado de ánimo se asocia especialmente a los niveles séricos de estrógeno, además la hipercortisolemia también es un mediador de las alteraciones del estado de ánimo.
- Con la caída de las hormonas reproductivas además se pierde efecto antioxidante y antiinflamatorio, el efecto del estrógeno sobre la remodelación muscular, mayor catabolismo, se anulan los efectos positivos del estrógeno sobre la movilización y oxidación de grasas, y se incrementa la respuesta al cortisol en el ejercicio.
- Caída del sistema inmune, ocasionado en parte por la hipercortisolemia.
- Alteración del sueño y fatiga.
- Menor coordinación y puede darse deterioro cognitivo.
La menstruación normal comienza con la secreción de GnRH del núcleo arcuato del hipotálamo, que estimula la secreción de LH y FSH, de las células gonadotropas en la parte anterior de la glándula pituitaria. Tanto la LH como la FSH estimulan la producción ovárica de estrógeno y progesterona. La secreción de GnRH está vinculada a la nutrición y estado metabólico a través de señales múltiples, como neurotransmisores, hormonas y factores de crecimiento. Las hormonas periféricas como leptina, adiponectina, grelina, PYY y cortisol, cruzan la barrera hematoencefálica y ejercen sus efectos reguladores dentro del hipotálamo.
Por ejemplo la leptina se segrega en el tejido adiposo blanco y entre más funciones se considera un factor de saciedad opuesto a la grelina. Sus concentraciones son sensibles a la privación de energía, después de 2-3 días de restricción calórica sus concentraciones bajan entre 10-30% y proporciona señales que influyen en la pulsatilidad de la GnRH, y más cuanto mayor es la deficiencia energética. Es un mecanismo homeostático y por lo cual se adapta al déficit.
Al reducirse la GnRH o gonadotropina por las adaptaciones, consecuentemente baja la LH y FSH, y por lo tanto se altera la secreción de estrógenos y progesterona, originando la disfunción menstrual y causando amenorrea e infertilidad. La LH y FSH desaparecen de tal manera que el folículo nunca madura o se implanta, el cuerpo lúteo no se desarrolla ni existe, y no hay revestimiento en el útero que arrojar para originar la menstruación.
Es totalmente reversible con el aumento, restauración del peso y la reanudación del ciclo menstrual. Los aumentos de disponibilidad energética darán como resultado la recuperación de los sistemas fisiológicos, aunque puede tardar desde pocos días o semanas, meses, o incluso hasta 3 años. Parece haber un vínculo entre la duración de la amenorrea y la cantidad de tiempo que tarda en reanudarse la función normal.
Cuando la amenorrea hipotalámica está presente, los estrógenos y progesterona disminuyen a medida que aumenta la gravedad del problema. El hiperandrogenismo también puede ocasionar amenorrea hipotalámica u oligomenorrea, como sucede en algunos casos de SOP.
Las tasas más altas de disfunciones del ciclo menstrual se han encontrado tradicionalmente en deportes con grandes componentes estéticos, o donde el peso y delgadez son un criterio importante; como ocurre con el fitness, donde se mezcla el estrés físico, energético y psicológico. También los deportes de altos volúmenes de entrenamiento muestran tasas altas de disfunción menstrual.
El gasto energético en reposo o metabolismo basal, contribuye a un 60-75% del gasto energético total, y es el gasto de energía para mantener las funciones fisiológicas y la homeostasis. Cuando este se adapta puede disminuir hasta en un 20%; y para que no ocurran disfunciones menstruales se requiere un umbral crítico mínimo de 30 kcal por kilo de masa magra más el gasto ocasionado por el entrenamiento. Es importante también tanto el consumo de grasa como de carbohidrato para que no se de la amenorrea y haya una función fisiológica óptima en la mujer.
Con la disponibilidad energética por debajo del umbral crítico, los problemas hormonales pueden empezar en tan solo 5 días. Un enfoque más moderado es mejor y también causará más adherencia a la dieta. Obviamente con la amenorrea hipotalámica se produce una caída del rendimiento, la recuperación, progreso e incremento de las lesiones.
Para la amenorrea quizás sería recomendable incrementar la ingesta de calcio a 1500 mg, utilizar proteína de soja, fitoestrógenos, y melatonina. Podría beneficiar el uso de 2g de ALCAR al día, ya que este aumenta la pulsatilidad de la LH cuando está disminuida, además de disminuir el cortisol.
En conclusión, es una situación dañina para la mujer que ha de revertirse lo antes posible. Debe de subirse la dieta y bajar la actividad deportiva; inevitablemente va a ir acompañado de aumento de grasa corporal. Aunque se reanude la función normal, el ciclo puede no normalizarse hasta el año.
5 comentarios. Dejar nuevo
Yo llevo más d 2 años sin regla y no me baja y he he aumentado las kcal de comidas con un preparador y no quiero químicos , se que estoy baja estrógenos
Deberías de ir al ginecólogo y usar la píldora o que te baje la regla, pero debes regularlo… no es una tontería
Parece mentira que las personas llegasen a estrés extremos, la salud es más importante que cualquier cuerpo fitness, a mi me encanta verme bien pero prefiero cuidarme y más a mi edad, yo misma me doy cuenta cuando me estoy pasando de ejercicios o estoy comiendo menos, mi cuerpo manda unas señales y yo escucho mi cuerpo
Completamente de acuerdo, pero hay muchas patologías en este mundo…
Llevo casi 1 año sin ciclo después de un TCA… deseando que mi cuerpo se estabilice.
Gracias por el post